Hasta no hace muchos años internet era accesible únicamente para las personas, pero ahora compartimos internet con las «cosas». Actualmente, muchos objetos cotidianos pueden estar conectados a través de internet: pulseras que recaban información de los usuarios, refrigeradores, cortinas que suben y bajan, gafas que utilizamos cuando hablamos con alguien y, evidentemente, estamos hablando de datos muy privados que son recabados por estos objetos.
Qué es internet de las cosas
IoT o Internet de las cosas (internet of things en inglés) es el acrónimo que utilizamos para referirnos a la tecnología o en la red de pequeños objetos que, dotados de pequeños ordenadores, se han convertido en objetos inteligentes conectados a internet.
Cada día habrá más objetos inteligentes, calefacción y aires acondicionados, aspiradoras inteligentes, relojes, altavoces, cortinas, bombillas y lámparas, y todavía podríamos dar una lista inacabable de «cosas» que están conectadas a la red y en el futuro habrá aún más.
El más conocido en la actualidad es el teléfono móvil, pero en los últimos tiempos también han aumentado mucho las ventas de los altavoces parlantes como «Alexa» de Amazon o el homólogo de Google o los famosos «wearables» como los relojes inteligentes. El internet de las cosas crece a una velocidad increíble y los objetos recopilan cada día información más sensible.
Una nevera inteligente podrá saber qué alimentos consumes y realizar la compra automáticamente a medida que los alimentos se vayan consumiendo. Una bombilla inteligente podrá parpadear si recibe un aviso de tormenta para hacer saber al usuario que se avecina temporal. Este nivel de automatización nos proporcionará muchas comodidades pero, al mismo tiempo, implicará un reto enorme en lo que se refiere a la privacidad y el nivel de datos recabados por estas «cosas» ya los niveles de seguridad informática necesarios para un uso óptimo.
Riesgos para la seguridad y privacidad
En 2019 salió a la luz que los altavoces Alexa y otros homólogos de otras marcas transcribían conversaciones de los usuarios sin importar lo privadas que fueran.
De la misma forma, la falta de seguridad puede favorecer la filtración de datos delicados (nombres, dirección, datos bancarios o personales) durante la transmisión de información a la red de consumidores o en la nube. Estas vulnerabilidades pueden propiciar ataques a sistemas paralelos o dañarlos, y personas no autorizadas pueden tener acceso a los sistemas explotando estos agujeros de seguridad.
Para los expertos en seguridad informática encargados de administrar el IOT representa un reto descomunal mantener seguras las redes de consumidores. Y hay que considerar que la mayoría de «cosas inteligentes» conectadas a la red están desatendidas, es decir, que las encendemos por primera vez, las configuramos y dejamos de preocuparnos por su seguridad. Y debido a su desatención suponen una superficie mucho mayor de ataque que está abierta las 24h del día de cara a los cibercriminales.
Consejos de seguridad IOT
- Revisar contraseñas: Las contraseñas de los sistemas IOT son muy importantes a la hora de mantener segura nuestra red. Como siempre, procura que sean contraseñas seguras y robustas y procura cambiarlas a menudo razonablemente.
- Activa el cifrado de datos: Siempre que los dispositivos te lo permitan procura activar el cifrado de datos, esto dificultará mucho más la posibilidad de hackeo de los dispositivos.
- Revisa los servicios activos: Es muy necesario prestar la atención pertinente a los servicios que se están usando y no dejarlos desatendidos.
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